Los cerros pueden formarse por varios fenómenos geomorfológicos: por la surgencia de fallas geológicas; por erosión de otros accidentes geográficos mayores, tales como las mismas montañas los cerros ; por movimiento y deposición de sedimentos por un glaciar por ejemplo, morrenas y drumlins; etcétera. La forma redondeada de algunos cerros obedece a movimientos difusión del suelo y a regolitos que cubren el cerro, en un proceso denominado reptación.
Algunas regiones que pudieron haber tenido cerros no los tienen por causa de la cobertura de glaciares durante la Era de Hielo. El contraste entre las vastas llanuras del norte de Indiana y los numerosos cerros del sur del estado como resultado de esto.
Existen varias denominaciones específicas usadas para describir tipos particulares de cerros, según su apariencia y método de formación. Muchos nombres se han originado en una región geográfica para describir una forma de cerro peculiar a esa región. Otras denominaciones incluyen:
- Loma o colina – pequeño cerro con una mínima elevación
- Drumlin – cerro formado por acción glacial.
- Butte – cerro isla con costados muy escarpados y una cima muy plana, formados por acción climática.
- Tor (geología) – formación rocosa en la punta de un cerro, común en el suroeste de Inglaterra.
- Puy – cerro isla de cónico y de origen volcánico común en Francia.
- Pingo – montículo de hielo cubierto de tierra que se puede encontrar en el Ártico y en la Antártica.
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